El comienzo del desierto del Kalahari en Sudáfrica
plantea desafíos para las poblaciones estables. En las regiones áridas adonde
el agua escasea y la vegetación ralea, no es fácil hallar o generar suministros
para los pobladores. La minería artesanal se convierte, a veces, en una buena
opción para generar ingresos, aunque sea circunstanciales, por lo que es
bastante habitual observar pequeñas explotaciones como la de la foto. Sin
embargo, el desconocimiento, la falta de preparación y la precariedad en las
herramientas, materiales e instalaciones implican intrínsecamente riesgos sanitarios,
sociales y ambientales. En respuesta a la problemática, el gobierno lleva
adelante una serie de medidas para mitigar la peligrosidad sin desatender las
necesidades socio-económicas de la gente.